¿Por qué es importante tomarnos un descanso? (especialmente en tiempos de esfuerzo intelectual)

A la intuición y la anécdota sobre la necesidad de un tiempo de inactividad mental le podemos agregar una abrumadora cantidad de evidencia empírica. ¿Por qué se ha vuelto cada vez más importante y más claro darle un respiro a nuestros cerebros?
Nuevos y exhaustivos estudios interdisciplinarios que investigan los hábitos de los estudiantes universitarios demuestran los beneficios de las vacaciones, la meditación y el tiempo en espacios exteriores pacíficos para mejorar el aprendizaje, aquietar el estrés y agilizar la mente.

Aun durante épocas de estudio y trabajo intenso el dormir una breve siesta o “colgarse” mientras se está despierto agudiza la mente.

El cerebro necesita como cualquier otra parte de nuestro cuerpo un descanso para reponerse. Lo que la neurociencia nos cuenta es que, incluso cuando nos relajamos o soñamos despiertos, el cerebro no se desacelera ni deja de funcionar. Más bien – al igual que la deslumbrante variedad de procesos moleculares, genéticos y fisiológicos que ocurren durante el sueño nocturno- muchos procesos mentales importantes requieren de lo que llamamos tiempo de inactividad u otras formas de descanso diurno.

El tiempo de inactividad repone las reservas de atención y motivación del cerebro, fomenta la productividad y la creatividad. Este tiempo es esencial para lograr más altos niveles de rendimiento y para formar recuerdos estables de la vida cotidiana.

El cerebro no es una computadora digital, sino una red neuronal extensa que se reconecta en forma constante durante y después de aprender nuevas tareas. A menudo estos sistemas se saturan después de recibir demasiada información. La capacidad de procesamiento consciente es limitada.

El cerebro tiene dos modos dominantes de atención: la red de tarea positiva y la red de tarea negativa (se les llama redes porque comprenden redes de neuronas, como circuitos eléctricos dentro del cerebro). La red de tarea positiva está activa cuando se participa activamente en una tarea, focalizado/a y sin distracción; los neurocientíficos la suelen llamar el ejecutivo central.
La red de tarea negativa se activa cuando la mente vagabundea; lo que llamamos soñar despierto. Estas dos redes de atención operan como un subibaja: cuando una está activa, la otra no.

Un sistema de atención en dos partes es uno de los logros evolutivos  del cerebro humano. Se postula que proviene del modo soñar despierto y estaría enmarcado por el flujo de conexiones entre ideas y pensamientos dispares. Sería, entonces, el responsable de las etapas de mayor creatividad y perspicacia, cuando es posible resolver problemas que parecían irresolubles.

Los momentos de respiro pueden incluso ser necesarios para mantener en buen funcionamiento la brújula moral y el sentido de uno mismo. 

Publicado en Noticias de la Universidad Católica de Córdoba (29/12/2017)