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Lo bueno (y lo que no) del mindfulness en la actividad laboral (3)

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Si bien el mindfulness tiene algunas limitaciones, una buena práctica de atención plena puede ser de gran ayuda para comprender si este enfoque es el correcto para que los programas de recursos humanos y capacitación mejoren el rendimiento de los líderes y el bienestar del equipo.

Lo difícil al tratar de interpretar la investigación neurocientífica sobre la atención plena es que muchos de los estudios son poco rigurosos aunque estén publicados en revistas o publicaciones (papers) revisados por pares. En muchos de estos estudios no se  realizaron grupos controles adecuados para obtener  conclusiones relevantes.

De los estudios más rigurosos y sólidos extraemos cuatro beneficios reales sobre la practica del mindfulness: mejora el enfoque, da más tranquilidad bajo estrés, mejora la memoria y crea un ambiente corporativo aceptable.

Veamos cómo funcionan cada uno de estos beneficios

Enfoque (focusing): Entre los que practican rutinas de atención regular, el mindfulness genera una mente menos errante (mind wandering) y menor distracción. El nivel de concentración mejora, incluso cuando se realizan tareas múltiples. Las implicaciones en las empresas y negocios son manifiestas: mayor productividad y menos brechas conceptuales.

Cuando se inicia una práctica de mindfulness se fortalecen los circuitos cerebrales para la concentración. Esto implica ser más consciente de lo mucho que la mente se aleja de aquello en lo que se está tratando de concentrar o focalizar.

prefrontal cortex

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué impulsa este cambio? La corteza prefrontal de nuestro cerebro es el área ejecutiva que controla nuestra atención. Cuando la amígdala (emociones)  está activa le indica a las áreas prefrontales que se apaguen. Por eso que cuando estamos ansiosos o enojados no podemos pensar bien. Si fuera posible atenuar la actividad de ciertas áreas de la amígdala, las áreas prefrontales operarían de manera mucho más efectiva lo que facilitaría enfocar mejor nuestra atención.

Mantener la tranquilidad aun bajo estrés: Es probable que con una menor activación de la amígdala el cerebro interprete ciertas entradas sensoriales como menos amenazantes, con lo que se genera una menor reacción de defensa, como huir, luchar o frizarse. Está comprobado que las personas que meditan en general se recuperan más rápido de un evento estresante.

Mejorar memoria: Aquellos que practican la atención plena también muestran una mejora en la memoria de trabajo, que es la memoria a corto plazo que registra el procesamiento del pensamiento en el momento.

Buen ambiente corporativo: La meditación que cultiva con intención una actitud de bondad es, a menudo, parte de una práctica de atención plena. Este enfoque lleva a una mayor actividad en los circuitos cerebrales del cuidado del otro, una mayor generosidad y probabilidad de ayudar a alguien que lo necesite, mejora las cualidades de los  miembros del equipo  y de los líderes con los que la gente prefiere trabajar.

De hecho, muchos equipos deportivos  incorporan la atención plena en su entrenamiento como una forma de armonizar  su juego. El maestro de meditación Jon Kabat-Zinn solía trabajar en Harvard y también con los equipos de la tripulación olímpica norteamericana, donde la coordinación y el apoyo de los miembros y dirigentes del equipo son fundamentales.

Aquí está el resultado final: si bien no todo lo que se escucha sobre la atención plena es real, de hecho, hay recompensas por un hábito de meditación. Piense en la atención plena como una forma de mejorar ciertos tipos de aptitud mental, al igual que los entrenamientos regulares en el gimnasio crean una buena forma física.

Esta publicación es parte de mi aporte a la Certificación en Mindfulness e Inteligencia Emocional de la Universidad Siglo XXI – Directora: Cristina Schwander