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Estimulación cerebral: una nueva opción para los diabéticos

Diabetes

Activar neuronas con pulsos eléctricos podría ayudar a tratar esta enfermedad

Un efecto secundario sorprendente, pero bienvenido,  de una terapia para el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) puede allanar el camino para un nuevo y esperanzador enfoque en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y ofrecer nuevos conocimientos sobre los vínculos entre la obesidad y la enfermedad metabólica que afecta a más de 3 millones de argentinos.

Todo comenzó cuando un grupo de médicos holandeses decidieron estimular con electrodos un área profunda del cerebro para aliviar los síntomas de un paciente con TOC. El paciente redujo una buena parte de sus medicamentos psiquiátricos, pero lo inesperado fue el efecto secundario: se pudo reducir a menos de la mitad la dosis de insulina para tratar su diabetes.

Mirelle Serlie y su grupo  (Academic Medical Center, Amsterdam) encontraron la causa del asombroso hallazgo.  Al mismo tiempo que incrementó la capacidad de las células del cuerpo para procesar la glucosa había aumentado la actividad del neurotransmisor dopamina en el área estimulada.

En roedores, los circuitos neuronales que regulan la conducta alimentaria y la utilización de la glucosa se superponen. Esto no había sido descripto en humanos y, hasta este nuevo hallazgo, manipular un circuito cerebral  para regular los niveles de glucosa en pacientes diabéticos  parecía un imposible.

La insulina es una hormona producida por el páncreas que le permite a las células utilizar la glucosa para obtener energía. La diabetes ocurre cuando la glucosa permanece elevada en sangre en forma crónica. La diabetes tipo 1, que suele comenzar en la infancia, ocurre cuando el sistema inmunitario destruye las células del páncreas que fabrican insulina. La diabetes tipo 2, que se origina por una combinación de genes defectuosos, malos hábitos alimenticios y falta de ejercicio, también daña la capacidad del cuerpo para producir su propia insulina. A medida que pasa el tiempo, las células son presionadas para eliminar el azúcar de la sangre y los pacientes deben administrarse cantidades cada vez mayores de insulina para mantener estable el nivel de glucosa. No hay cura para ninguna de estas dos enfermedades.

El grupo de Serlie logró aumentar los niveles de dopamina en  un área cerebral, el estriado ventral, y con ello mejoró la respuesta de las células a la insulina.  ¿Cómo lograron que las neuronas del estriado produzcan más dopamina?  Utilizaron una técnica llamada estimulación cerebral profunda (ECP)  que consiste en regular la actividad anormal de ciertas neuronas o la producción de determinadas sustancias químicas al generar pulsos eléctricos con electrodos  implantados en el cerebro. La cantidad de estimulación es controlada por un dispositivo parecido a un marcapasos que, colocado debajo de la piel en la parte superior del pecho, se conecta con los electrodos.

ECP se usa en la actualidad para tratar diferentes afecciones neurológicas, como el Parkinson, la epilepsia, el dolor crónico y el TOC. Este tipo de tratamiento está reservado para pacientes que no pueden controlar sus síntomas con medicamentos.

Para probar si la ECP era responsable de la mejoría de su diabetes, Serlie reclutó al paciente con TOC para un experimento. Se unieron a él pacientes con implantes ECP para TOC, pero sin diabetes. El experimento consistió en apagar los dispositivos de ECP durante 17 horas para luego activarlos y así evaluar los niveles de glucosa en ayunas y las respuestas a la insulina antes y después de la estimulación. La ECP fue 100% efectiva, aumentó de modo significativo la respuesta de las células a la insulina en todos los participantes y el equipo informó sus resultados este año en Science Translational Medicine.

Tener alta la glucosa o la insulina causa daño a nuestras células. ¿Podría este tratamiento causar un daño irreversible a las neuronas? Para Serlie el ECP es un tratamiento reversible; los resultados a largo plazo en pacientes con TOC muestran que es seguro, pero aclara: no sabemos aún si habrá cambios permanentes en el largo plazo.

Serlie afirma que su estudio proporciona la justificación para realizar más investigaciones básicas y clínicas sobre el papel de áreas cerebrales específicas en la regulación de la glucosa.

Luego se explaya en relación al ECP: Debemos establecer cómo el ECP y la dopamina afectan el metabolismo de la glucosa. Cuando hayamos identificado los mecanismos, debemos pensar en intervenciones que manipulen estas vías. Esto podría ser a través de ECP u otros dispositivos cerebrales o nuevas drogas.

Ante la consulta si el tratamiento podría ser útil en etapas avanzadas de la diabetes tipo 2, responde: Una de las características de la diabetes tipo 2 es la resistencia a la insulina. Por lo tanto, todas las intervenciones que aumenten la sensibilidad a la insulina valen la pena de ser exploradas. Nosotros y otros colegas demostramos que en sujetos obesos resistentes a la insulina los sistemas cerebrales que producen dopamina están alterados. Esto podría contribuir al estado de obesidad resistente a la insulina. Y concluye: El cerebro contribuye a la regulación de la glucosa en los seres humanos por lo que es un objetivo terapéutico futuro para tratar la  diabetes.

Jorge Waitman, conocido médico cordobés especialista en diabetes, considera que todo lo referido a insulinorresistencia en obesidad y diabetes tipo 2 que, junto al hígado graso constituyen las grandes epidemias de este siglo, es muy importante. Luego afirma: veo este trabajo como un aporte y que de desarrollarse podría ser de sumo interés en la investigación clínica.

Esto no significa que la ECP pueda ser factible para la mayoría de las personas con diabetes, pero es un paso para abordar otras terapias cerebrales, quizás menos invasivas, dirigidas a aumentar los niveles de la dopamina.

Comentario #1:

Es importante tener en cuenta que la diabetes está considerada una verdadera epidemia: según los resultados de la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación, el 9,8% de los mayores de 18 años presenta diabetes o niveles de glucosa en sangre elevada, lo que constituye un número superior a los 3 millones de argentinos

Comentario #2:

¿Qué es la resistencia a la insulina?

Las células de las personas con resistencia a la insulina o insulinorresistencia tienen problemas para absorber la glucosa, lo que provoca una acumulación del azúcar en la sangre. Esta es una condición que aumenta las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardiacas. El cuerpo tiene problemas para responder a la insulina y, con el paso del tiempo, los niveles de azúcar en sangre suben más de lo normal. Reducir la cantidad de calorías ingeridas, aumentar la actividad física a la rutina diaria y bajar de peso puede dar marcha atrás a la resistencia a la insulina y reducir las posibilidades de padecer de diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón.

El artículo ha sido publicado en el Suplemento Salud del diario La Voz del Interior, Córdoba, Argentina en su edición del 27 de Agosto del 2018